El cuidado de la piel es una rutina diaria esencial para todas las personas, independientemente de la edad o género. Sin embargo, no todas las personas... le prestan atención a esto.
La piel es el órgano más grande que tenemos, juega un papel muy importante porque este nos permite proteger todo el cuerpo manteniéndolo con una temperatura adecuada. No todos contamos con el mismo tipo de piel y dependiendo el prototipo de esta se debe tener unos cuidados diferentes. Hay factores que perjudican el estado de nuestra piel, uno de estos es el sol.
La luz solar nos ayuda a la fabricación de la vitamina D que es necesaria para la formación de nuestro huesos, sin embargo algunas veces el sol es tan fuerte que los rayos ultravioleta se convierten en nuestro peor enemigo. La piel cuenta con células que contienen un pigmento que se llama melanina, esta es la que protege nuestra piel de los rayos fuertes del sol evitando así su resequedad y envejecimiento prematuro.
Para nosotros empezar a cuidarla y establecer una rutina es importante reconocer el tipo, color o textura de piel que tenemos para empezar a cuidarla.
Los agentes que definen los tipos de piel a veces viene de la carga genética que tengamos, el lugar donde vivimos, la cantidad de melanina que producimos, es necesario tener claro algunos factores claves como : ¿el tipo de piel que tengo?, ¿cuál es mi estilo de vida?
AUTOCUIDADO DE PIEL
Hidratar la piel: La hidratación es muy importante para la piel tanto por dentro como por fuera. Por eso debemos tratar de tomar dos litros de agua al día y aplicarnos algún producto hidratante en la piel.
Limpiar la piel: Debemos escoger un producto adecuado para limpiar nuestra piel protegiendo siempre su ph neutro, exfoliandola una o dos veces por semana para eliminar células muertas.
Protección solar: Diariamente cuando vamos a salir incluso cuando esté lloviendo debemos aplicarnos protector solar, este nos protege de manchas causadas por los rayos fuertes que produce el sol.
Alimentación sana: Mantener una dieta equilibrada sana acompañada de una buena hidratación se ve reflejada en nuestra piel, si nos faltan nutrientes la piel se notará apagada y empezamos a experimentar manchas y granos, a esta alimentación la podemos acompañar con práctica regular de ejercicio.
Desmaquillarse: Cada vez que estemos en casa después de una rutina diaria, sea laboral o de estudio, debemos retirarnos el maquillaje especialmente si contienen sustancias grasas porque al tener alguna herida en nuestra cara el maquillaje se convertiría en un agente contaminante.
Buena higiene: Al ducharnos debemos secarnos muy bien, sobre todo en las zonas de pliegues y entre los dedos, al mantener humedad en estas zonas estamos propensos a que nos de hongo.
Contacto con el celular: Evitemos el contacto con el celular en nuestra piel, estos tienen mucha bacteria por la contaminación y pueden causar daños en nuestra piel, siempre es bueno desinfectarlos antes de usarlos, si vamos en la calle es bueno usar un manos libre o auriculares.
Dormir bien: El sueño es la mejor forma de inducir la curación y la recarga, mientras descansamos se produce la regulación de colágeno que nos proporciona firmeza y densidad. Si no dormimos bien nuestro cutis tendrá menos mecanismos para regenerar nuestra piel.
Muchas veces nos escudamos con que no contamos con tiempo suficiente para nuestro cuidado, pero con estos consejos básicos y un buen estilo de vida saludable, nos pueden ayudar a retrasar un poco el envejecimiento natural y así mismo prevenir varios problemas de nuestra piel con el autocuidado.